Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

sábado, agosto 14, 2021

Guardia

El joven guardia de seguridad miraba asustado el noticiario esa mañana antes de salir a tomar el bus para ir a su trabajo. El día anterior múltiples turbas de ciudadanos habían atacado y lesionado a muchos guardias privados en distintos puntos de la ciudad, en venganza por el homicidio de un usuario en una multitienda, quien murió por una gran cantidad de golpes en la cabeza propinados por un guardia quien creyó que el joven había robado productos del local, cosa que jamás sucedió. Pese a que en los noticiarios recalcaron que el homicida tenía prontuario policial y antecedentes de una enfermedad no tratada, la población decidió tomar la justicia por sus manos y aplicar la ley de talión.

El muchacho iba en el último asiento del bus, ocultando sus ropas bajo una enorme parka que no dejaba ver nada de la cintura hacia arriba. Luego de hacer todo el viaje nervioso, llegó al paradero donde debía bajar, que estaba a cerca de seis cuadras de su trabajo. El muchacho se bajó y empezó a caminar raudamente; cuando estaba a seis cuadras de su destino fue interceptado por seis hombres, uno de los cuales le parecía conocido: era un ex compañero de trabajo despedido por actitudes violentas, quien lo reconoció en la calle. Luego de acercarse a él le abrió por la fuerza la parka, dejando al descubierto su uniforme, luego de lo cual empezó a ser golpeado por los seis hombres.

El muchacho hacía todo lo posible por defenderse de la agresión. De pronto sintió un golpe por detrás de sus rodillas lo que lo derribó, haciendo que sus agresores empezaran a patearlo en el cuerpo para que no se pudiera parar. En algún instante logró ponerse en posición fetal lo que le permitió absorber mejor los golpes, hasta que de improviso una de las patadas dio en el centro de su abdomen provocándole un gran dolor y haciéndole perder su posición de defensa.

El ex compañero de trabajo vio cómo el joven se retorcía de dolor en el suelo. En ese instante vio la situación ideal para patearlo en la cabeza y acabar con su vida. El hombre tomó vuelo, y cuando ya estaba por patear la cabeza del muchacho, una persona se colocó delante de él. El hombre tenía la cabeza ensangrentada, los ojos morados e hinchados y la mirada perdida: los seis agresores lo reconocieron y huyeron despavoridos. Luego de cerca de un minuto de dolor el joven guardia pudo sentarse en el suelo, siendo apoyado por el hombre con la cabeza ensangrentada. El joven agradeció que le salvara la vida; al mirarlo creyó reconocerlo pero sin recordar de dónde. Cuando el guardia se sintió mejor, el hombre de la cabeza ensangrentada se enderezó para irse. En ese instante el guardia recordó el rostro, que no era otro que el del usuario asesinado en la multitienda. Dos metros más allá, su defensor se desvaneció en el aire.