Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

sábado, febrero 12, 2022

Destino

 La mujer dormitaba cansada frente al computador. Las últimas tres noches apenas había dormido y eso le estaba pasando la cuenta, haciéndola cabecear en su trabajo. Por más que intentaba controlarlo le era imposible, por lo que en algún instante decidió dejarse llevar por el sueño, y luego simplemente asumir las consecuencias, si es que alguien llegara a descubrirla.

La mujer se quedó profundamente dormida, y al poco rato empezó a soñar. En su sueño uno de los dueños de la empresa la sorprendía y le llamaba la atención a gritos, a vista y paciencia de sus compañeros de trabajo. El hombre luego la obligaba a que lo siguiera a su oficina, donde seguía insultándola por haberse quedado dormida. En el sueño la mujer se ponía a llorar, lo que le provocaba más ira a su jefe, quien la insultaba con epítetos cada vez peores.

De pronto en el sueño el descontrol se apoderó de su mente. La mujer miró el escritorio de su jefe, y dentro de los artefactos encontró un cuchillo cartonero. Presa de la impotencia la mujer tomó el cuchillo, extendió la hoja al máximo y empezó a lanzarle cortes a la cara a su jefe, quien gritaba de dolor e intentaba protegerse. De pronto uno de los cortes llegó a su cuello ahogando el último grito, haciéndolo caer al suelo mientras manaba sangre a borbotones de la herida.

Instantes después en su sueño aparecía la secretaria del gerente, quien al verlo botado en el suelo muerto empezó a gritar, desaforada. La mujer entonces también la atacó con el cuchillo, cortándole la cara y el cuello provocándole la muerte. La angustia se apoderó de la mujer, quien al ver a las dos personas muertas, colocó el cuchillo en su propio cuello y de un corte acabó con su vida.

En ese momento fue despertada por el grito de su jefe, quien efectivamente la descubrió durmiendo. El hombre hizo lo mismo que en su sueño frente a sus compañeros, y luego la llamó a su oficina. Sabiendo lo que iba a ocurrir, la mujer decidió no seguirlo, y salir por la puerta principal mientras el hombre le gritaba a viva voz que estaba despedida. La mujer prefería eso a matar a dos personas y luego suicidarse. Al salir del edificio cruzó la calle para irse a su hogar, muriendo atropellada por un camión que acababa de cortar sus frenos. En la oficina su jefe sufrió un infarto masivo al corazón que acabó con su vida instantáneamente, y su secretaria, al verlo muerto en el piso salió corriendo de la oficina, se tropezó, y cayó sobre una escultura de bronce puntiaguda que le perforó el tórax y destrozó su corazón. Así, la vida siguió su curso sin cambios en su plan maestro.