Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

sábado, mayo 21, 2022

Llamada

 El hombre estaba sentado en la barra de su bar de costumbre, como todos los viernes. De pronto, y como cada viernes, su celular empezó a sonar. El hombre sacó el teléfono de su bolsillo, miró la pantalla, y reconoció el número que siempre lo llamaba a esa hora: su novia. El hombre contestó la llamada, y como siempre una voz apagada lo saludaba con cariño, y le decía que tratara de beber poco, y que se cuidara camino a casa. El hombre no contestaba nada, y cuando la mujer terminaba de hablar, él simplemente cortaba la llamada. Nadie a su alrededor decía nada, y sus amigos le volvían a dirigir la palabra una vez hubiera guardado el teléfono nuevamente en su bolsillo.

El hombre esa noche bebió de más. De a poco su equilibrio se fue mermando, sus ideas empezaron a hacerse confusas y el sueño empezó a invadirlo. Al verlo así sus amigos se alejaron de él, pues la última vez que alguien intentó ayudarlo el resultado fue de los peores, y nadie quería recordar lo sucedido aquella noche. El hombre pagó su cuenta, y como pudo inició la marcha a pie a su domicilio, que quedaba a veinte cuadras de su bar.

El hombre caminaba inestable por la calle. Cuando llevaba cerca de cuatro cuadras caminadas un par de amigos de lo ajeno lo divisaron como eventual víctima. A la distancia uno de sus amigos se dio cuenta y le avisó al resto: de inmediato todos empezaron a hablar del mal ojo de los asaltantes, y de cómo terminaría esa noche. Mientras tanto el hombre seguía caminando hacia su domicilio, y los asaltantes caminaban un par de metros tras de él.

Una cuadra más allá los ladrones decidieron abordar al hombre quien apenas podía mantener el equilibrio. En cuanto los asaltantes estaban por tomarlo del hombro, su celular volvió a sonar. El hombre contestó la llamada: era nuevamente su novia, quien le pedía que se tapara los ojos y se agachara. El hombre en su inconciencia la obedeció, justo cuando uno de los ladrones lo iba a tomar del hombro. En ese instante una imagen negra como la noche apareció ante los ladrones, quienes quedaron congelados de miedo al ver cómo varios brazos salían de la imagen con la intención de atraparlos: uno de ellos corrió gritando como niña preescolar, y el otro corría despavorido mientras se orinaba en los pantalones. La imagen luego desapareció, y la voz al teléfono le dijo que podía seguir su marcha. El hombre ebrio le preguntó a su novia cómo había estado todo ese tiempo, a lo que la mujer no contestó: su alma estaba autorizada para protegerlo después de su prematura muerte, pero nada podía contarle acerca de su estado a quien en vida había sido el amor de su existencia.