Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

sábado, octubre 15, 2022

Amigo

 La anciana caminaba lentamente por la calle con su carrito de compras con el que salía siempre, tanto para llevar sus cosas como para usarlo de bastón camuflado, pues no le gustaba andar con un palo en la mano demostrando su incapacidad para deambular libremente. A su lado caminaba un anciano de su misma edad, que la miraba persistentemente y se preocupaba de cada paso que daba la mujer. La pareja se movía a baja velocidad, pero tratando de no interrumpir la marcha del resto de la gente, por lo que avanzaban apegados a la línea de edificación de la calle dejando el resto de la vereda libre.

La anciana seguía su marcha flanqueada por el anciano, quien caminaba por fuera de ella, por si alguien muy apurado pasaba rápido al lado de ella para recibir él el eventual empellón. La anciana se sentía segura caminando al lado del anciano, a quien conocía desde que tenía uso de razón. El hombre no era su pareja sino su mejor amigo, del cual nunca se había separado, ni siquiera cuando había estado casada: su amistad traspasaba cualquier relación en cualquier tiempo, y ella sabía que el anciano estaría por siempre para y por ella.

El anciano no dejaba de mirar a su amiga, fijándose en cada paso que daba y en cada cosa que hacía. El hombre parecía depender de lo que la mujer hacía o dejaba de hacer; por su parte la anciana se dejaba proteger y cuidar por su amigo, quien toda su vida se había preocupado por ella. La mujer caminaba feliz por la calle pese al cansancio propio de los años; de pronto un incontenible dolor al centro del pecho hizo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo, atemorizada.

La mujer estaba rodeada de transeúntes que intentaban ayudarla; uno de ellos era paramédico, y se dio cuenta que la mujer estaba sufriendo un infarto cardíaco. El anciano la miraba un par de pasos detrás de los transeúntes, sin saber qué pasaría con él si algo le pasaba a su amiga. Mal que mal, un amigo imaginario depende de la mente de su creador, y si ella deja de funcionar, él dejaría de existir al instante.