Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

domingo, marzo 19, 2023

Fotógrafo

 El fotógrafo estaba bastante cansado esa noche. Estaba trabajando en una sesión con seis modelos, tres hombres y tres mujeres, para una línea de lencería; los jóvenes modelos estaban bastante prendidos, haciendo bromas e interfiriendo entre ellos por lo que el trabajo se había alargado mucho más de la cuenta. Para peor las asistentes también habían entrado en el juego de los modelos, por lo que cada toma se estaba haciendo eterna. Finalmente, y luego de catorce horas de trabajo, el fotógrafo se dio por satisfecho con el trabajo y terminó la sesión. Los modelos terminaron desnudos jugando como niños entre ellos; el fotógrafo miraba el espectáculo casi con asco a esa hora de la madrugada.

A la mañana siguiente el fotógrafo revisaba los archivos para empezar el tedioso trabajo de retoque de las imágenes. Al abrir el primer archivo se dio cuenta que tras la tela de fondo se veía un par de ojos y una cabellera negra; por el tamaño de la imagen parecía ser un niño quien aparecía en la toma, sin embargo su presencia no complicaba el trabajo pues estaba fuera del límite que debía darle a la imagen. Con el pasar de los minutos, y al abrir cada archivo, el fotógrafo veía aparecer en cada toma los ojos y la cabellera del niño. El hombre cayó en cuenta entonces que el pequeño se había colado a la locación, y que había fisgoneado toda la jornada de trabajo. El fotógrafo entonces decidió volver al lugar a ver si encontraba al niño para conocerlo y entender el por qué había estado tantas horas mirando el trabajo, pues su imagen aparecía en todas las fotografías que había tomado.

El fotógrafo llegó esa tarde a la locación; de inmediato empezó a recorrerla y a buscar al pequeño. De pronto vio en el suelo algo parecido a un casco como de papel maché con pelo negro y un par de ojos: en ese momento cayó en cuenta que todo había sido una broma de alguno de los modelos, simplemente para dejar su marca en las fotografías. El hombre sonrió y se dirigió a su vehículo; justo antes de abrir la puerta una imagen casi lo paralizó. A la altura de su cintura apareció flotando media cabeza de niño, de ojos y cabellera negra, de la cual caía una cantidad enorme de sangre.

El fotógrafo no sabía qué hacer. De pronto vio que la cabeza de papel maché estaba ubicada en un lugar distinto a donde él la había dejado. Simplemente siguiendo su instinto el hombre buscó en el lugar hasta encontrar una vieja pala metálica medio oxidada, con la que empezó a cavar en el lugar en que estaba la cabeza de papel. Al llegar a medio metro de profundidad, el hombre empezó a encontrar huesos humanos de pequeño tamaño, por lo que de inmediato llamó a la policía. Dos horas más tarde un equipo profesional terminaba de desenterrar los restos de un niño de no más de diez años cuya cabeza había sido cortada a la mitad. El fotógrafo se mostraba satisfecho: al fondo de la locación lo miraba un pequeño sonriente que lentamente empezó a desvanecerse luego de haber evidenciado la presencia de su cadáver al fotógrafo para ser encontrado y darle libertad a su alma. De la cabeza de papel maché, nunca más se supo.