Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

domingo, abril 02, 2023

Cancion

El hombre tarareaba una vieja canción en espera que llegara la hora de salida del trabajo. Su jornada había sido relativamente tranquila, por lo que su memoria había viajado a su pasado y rescatado una antigua melodía que probablemente nadie de su entorno laboral sería capaz de reconocer. La música era una especie de árbol familiar: cada familia tenía distintas raíces, tronco, ramas y hojas, que podían parecerse pero nunca ser completamente iguales. Así, su memoria musical era única, tal y como la de cada habitante del planeta.

El hombre tragó un poco de saliva pues se le había secado la boca. Al hacer silencio se dio el tiempo de escuchar al resto de sus compañeros. En ese momento se dio cuenta de algo bastante inusual: al escuchar al resto de la gente, se dio cuenta que todos estaban tarareando la misma canción, lo cual era bastante difícil que sucediera por lo rebuscado del tema y la antigüedad del mismo. El hombre siguió en silencio escuchando el murmullo en el aire.

Luego de marcar e el reloj control el hombre salió del edificio y se dirigió caminando a la estación de metro para iniciar el trayecto a su hogar. En el camino de fue en silencio; mientras caminaba escuchaba el murmullo que hacía la gente al caminar. E hombre no podía creer ni entender lo que estaba escuchando: de todas partes sonaba el mismo tarareo que él había empezado en su puesto de trabajo: Para el hombre era imposible que niños y adolescentes conocieran esa vieja canción: sin embargo de todos lados venía el mismo sonido, como si fuera un coro ensayado hacía tiempo.

El hombre caminaba relajado hacia el metro, disfrutando del murmullo interpretando la vieja canción. Lo que el hombre no sabía es que alrededor del mundo toda la gente estaba tarareando el mismo tema, y al unísono. La vieja canción había sido creada hacía ya milenios por un sabio que había descubierto la frecuencia de vibración del planeta. Ahora el demiurgo había encontrado la venganza contra su creación, que lo había echado al olvido: tal como un cantante quiebra una copa al hacer vibrar su voz a la misma frecuencia del cristal, las voces reventarían el planeta al vibrar a su misma frecuencia. Ahora sólo faltaba esperar a que se consumara su venganza, luego de ello decidiría qué hacer para no volver a aburrirse.