Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

sábado, abril 15, 2023

Cantante

 El productor musical estaba terminando de revisar la mezcla del último tema de la banda con la que estaba trabajando. Esa tarde el sonidista le había llevado las pistas y la mezcla para que juntos hicieran las modificaciones que estimaran pertinentes para terminar de editar la canción. Ambos habían llegado al consenso que a la canción le hacían falta algunos coros de soporte: ahora quedaba conversar con los músicos para determinar si las voces de apoyo las harían ellos mismos o si contratarían cantantes que hicieran dichas voces. Cerca de las once de la noche ambos terminaron el trabajo, y se dirigieron a un bar a seguir conversando por algún rato más.

El bar al que fueron estaba ubicado en uno de los barrios bohemios de la ciudad, en un antiguo edificio que tenía ya casi un siglo de construido. Dado que era día de semana, la afluencia de público era escasa, por lo que pudieron instalarse en una mesita al lado de una tarima que hacía las veces de escenario, donde se presentaban músicos que se ganaban la vida cantando de bar en bar noche tras noche. A la media hora de llegados los hombres, una delgada muchacha se sentó en un taburete en la tarima, conectó una guitarra electroacústica al amplificador, y empezó a cantar una vieja melodía.

Los hombres estaban ensimismados. En sus largas carreras musicales nunca habían escuchado una voz tan dulce y a la vez triste como la de la muchacha: su técnica vocal rozaba la perfección, y la calidad de la voz era tal que el escenario le quedaba demasiado pequeño. El sonidista de inmediato pensó en ofrecerle a la muchacha grabar los coros de la canción en que estaban trabajando; sin embargo el productor de inmediato vio en ella a la próxima estrella a quien lanzar a la fama en el corto plazo. Luego de tres canciones viejas y melancólicas, la muchacha se bajó de la tarima y despareció por detrás de la barra.

Los hombres llamaron al mesero y le preguntaron los datos de la muchacha; el hombre los miró extrañado, y sin decir palabra se dirigió a la barra. Cinco minutos más tarde un hombre de avanzada edad se acercó a la mesa y se sentó con los hombres. Luego que ellos le repitieran la pregunta, el anciano les contó que hacía cerca de veinte años que esa tarima estaba en desuso. Los hombres no entendían lo que el dueño del local les estaba contando; en ese momento el hombre sacó una vieja billetera de la cual sacó una foto algo deslavada donde aparecía la muchacha sonriendo. En ese momento el hombre les contó una extraña historia: la muchacha había sido la última cantante del bar, quien se había suicidado luego de una pena de amor, justo la noche antes de ir a una entrevista con un productor musical que le había ofrecido un contrato. En ese momento el productor recordó a la chica que había descubierto veinte años atrás y que nunca se presentó a la entrevista. Ahora el ciclo se había cerrado, y tanto el productor podía seguir con su vida, como la muchacha con su camino truncado a donde le correspondiera ir.

1 Comments:

Blogger Jorge Hoffmann said...

Muy bueno!!!!!

5:01 p.m.  

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