Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

domingo, abril 30, 2023

Miedo

 El hombre respiraba con dificultad. A cada segundo estaba más agitado, sentía su corazón latiendo a mil por hora y la transpiración fría lo hacía ponerse cada vez más nervioso. Frente a él estaba un hombre muy alto y obeso gritándole a viva voz y moviendo sus brazos de modo amenazante; a cada segundo que pasaba el hombre sentía que el obeso lo atacaría, y no lograba entender el motivo de tanta agresividad. De hecho el hombre sentía que nada que él hubiera dicho o hecho justificaba dicha reacción. De pronto el obeso lanzó su puño derecho contra el cuerpo del hombre, quien instintivamente esquivó el puñetazo y devolvió un golpe de puño al hígado del obeso, que lo tumbó automáticamente dejándolo fuera de combate de una vez.

El hombre era un policía retirado, que había renunciado a su trabajo y vocación cuando en un procedimiento se quedó sin reacción, lo que terminó con la muerte de su compañero. Ello lo sumió en una profunda depresión, y desde ese entonces empezó a sentir miedo ante situaciones que para él eran habituales previamente. El hombre siempre lograba reaccionar bien, pero el miedo que se apoderaba de su mente cada vez que enfrentaba una situación de riesgo estaba empeorando su calidad de vida notoriamente.

Esa noche el hombre volvía a su domicilio luego de terminar su turno de guardia de seguridad en un camión de transporte de valores. Pese a llevar el revólver en su mochila iba bastante asustado camino a paradero de buses. De pronto vio a lo lejos una silueta que se acercaba de frente a él: el hombre quiso pensar que era simplemente un cruce casual en la calle, pero su instinto y su miedo le decían otra cosa. Cuando se cruzó con el transeúnte éste se detuvo frente a él bloqueándole la pasada, y de entre sus ropas sacó un revólver con el que apuntó a la cabeza al guardia.

El guardia estaba paralizado. Lo que estaba viviendo era la misma situación que vivió cuando su compañero fue asesinado: uno de los delincuentes lo apuntó a la cabeza, él no reaccionó, y otro delincuente pudo matar a su compañero mientras él seguía inmóvil, intimidado con el arma apuntándole a la cara. El hombre en ese momento sintió que la vida le estaba dando una revancha: pese a que el temor lo tenía casi tan paralizado como la primero oportunidad, logró desviar el cañón del arma de su cabeza y atacar con todas sus fuerzas al asaltante, quien cayó al suelo dejando caer su revólver, para luego huir despavorido del lugar. El hombre no logró encontrar el arma del asaltante, y simplemente siguió camino al paradero algo menos temeroso que hasta ese entonces.

El asaltante estaba parado en la otra esquina mirando a quien había sido en vida su compañero. La eternidad le dio la posibilidad de quitarle los temores a su amigo y devolverle las herramientas para volver a ser feliz en la vida. Ahora podía seguir el camino a la eternidad, que quedó truncado el día que fue asesinado, y que ahora se abría frente a él luego de cerrar su último capítulo pendiente en este plano de la realidad.

1 Comments:

Blogger Jorge Hoffmann said...

👏👏👏👏

8:57 p.m.  

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