Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

domingo, mayo 07, 2023

Creatura

 En el húmedo bosque situado en medio de un enorme cordón de montañas, una pequeña figura deambulaba entre las plantas. El ser era humanoide, tenía alas, orejas alargadas, dos pequeños cuernos y una larga cola prensil que hacía las veces de una quinta extremidad desde el punto de vista funcional. La criatura se movía en silencio, pues andaba de cacería. De pronto y a media distancia vio un insecto que libaba polen de una flor en forma de copa. La criatura se acercó al insecto sin hacerse notar, y sin mediar sonido ni movimiento lanzó desde su boca una delgada pero poderosa lengua pegajosa que capturó al insecto y lo atrajo a su boca para saciar su apetito.

A quince kilómetros de distancia el operador de cámaras vigilaba cada movimiento de la creatura. El ser había sido diseñado en un laboratorio que formaba parte de un consorcio que trabajaba para potenciar ejércitos que estuvieran dispuestos a pagar el precio de innovaciones útiles pero que rayaban en la ilegalidad o en la ausencia de ética. Su última creación había sido un implante que potenciaba la visión a distancia; el ejército que compró el invento logró que todas sus tropas se convirtieran en sendos francotiradores que usaban armas sin miras telescópicas. El consorcio aún no sabía cómo aplicarían la creatura en la vida real, pero por ahora estaban en fase de investigación temprana.

El operador vigilaba los movimientos de la creatura. En la córnea de cada ojo llevaba implantadas células que funcionaban como una cámara de alta resolución, lo que les permitía hacer un seguimiento continuo de sus actividades. El operador veía que la creatura empezó a desplazarse a mayor velocidad que de costumbre y a mayor altura del suelo, por lo que entendió que estaba volando. Al revisar el GPS, se dio cuenta que la creatura empezó a volar hacia su ubicación; el operador no le dio mayor importancia, pues su centro de operaciones estaba situado cincuenta metros bajo tierra en un bunker casi inexpugnable.

Media hora más tarde las alarmas se dispararon. Las cámaras se habían ido a negro, y sólo el GPS seguía funcionando. La señal mostraba que la creatura estaba en la ubicación del centro de vigilancia, pero a nivel del suelo. El operador no mostraba ninguna emoción, y sólo se dedicaba a registrar lo que veía o dejaba de ver a cada momento. De pronto una imagen apareció en la pantalla: el operador se puso pálido al notar que frente a sus ojos aparecía la parte posterior de su silla y su nuca: en ese instante un agudo dolor en la parte posterior de su cabeza se hizo sentir, como última señal de vida. En la cámara se veía la lengua atravesando la cabeza del operador: al volver a la boca de la creatura, le lengua arrastraba parte del cerebro del hombre. La creatura había volado con los ojos cerrados, y había entrado al lugar sólo utilizando su aguda audición. Un minuto más tarde la creatura caía paralizada en el suelo de la sala de control, gracias a un botón que estaba en poder de otro operador remoto ubicado en otro país. El equipo científico debía ahora disecar a la creatura para entender el paso evolutivo que la llevó a ubicar el centro de control y asesinar al operador de cámaras. Antes de ello debían enviar una carta a sus deudos junto con una cuantiosa suma de dinero para comprar su silencio, sin necesidad de acabar con sus vidas.