Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

sábado, mayo 27, 2023

Transmision

 El conductor del bus estaba desesperado por sacar su teléfono y empezar a comunicarse por cualquier vía electrónica posible. Desde la aparición de las redes sociales y la incorporación a los teléfonos móviles, el hombre se había hecho dependiente de la comunicación a distancia. Al principio tenía de contactos a sus compañeros de trabajo y familiares; lentamente se empezaron a incorporar amigos de sus contactos, luego amigos de esos amigos, y a esta altura del partido el hombre tenía contactos de todas partes del mundo. El conductor se dedicaba a saludar cada cumpleaños, aniversario, deceso, fiesta, o cualquier cosa que sus contactos publicaran, y ya le estaban empezando a faltar horas en el día para mantenerse comunicado con todos sus contactos. Las redes lo habían absorbido, y ya no sabía cómo ponerle freno a dicha situación.

Esa mañana el hombre iba haciendo su recorrido de costumbre, y llevaba el teléfono en el volante del bus. Ya varios pasajeros le habían hecho notar lo ilegal y peligroso de dicha situación; sin embargo el conductor simplemente los ignoraba y seguía manejando y chateando. Ya había hecho lo mismo en otras ocasiones, y nunca había tenido algún accidente o siquiera alguna dificultad al volante: el hombre llevaba más de treinta años en el oficio, por lo que una pequeña pantalla no era suficiente para distraerlo de su entrenada atención.

Una tenue alarma sonó en la pantalla, avisando el inicio de una transmisión en vivo. El conductor se conectó al video sin dejar de ver la calle delante de él; al mirar la pantalla se dio cuenta que alguno de sus contactos iba en su bus transmitiendo el viaje, pues reconoció algunos autoadhesivos pegados en las paredes del bus por algún pasajero, y que nunca se dio el tiempo de sacar. De hecho en un momento quien transmitía lo enfocó con la cámara, y pudo ver en su pantalla su nuca y su escasa cabellera entrecana. También se dio cuenta de lo que su esposa le reclamaba día tras día y que hasta ese momento no había logrado asumir: estaba demasiado obeso, y debería hacer algo para solucionar dicho problema, en algún momento de su vida.

El conductor miraba con curiosidad el video; de pronto se dio cuenta que el reloj del teléfono que transmitía estaba malo, pues aparecía con diez segundos de adelanto respecto del suyo. En ese instante vio en la pantalla cómo el teléfono caía y el bus parecía dar vueltas sobre su eje; el conductor miró hacia atrás pues no entendía lo que sucedía. Al girar, el teléfono cayó del volante y aterrizó bajo el pedal del freno: al volver a mirar la calle el conductor vio delante de él un camión con un container que cambió de pista sin señalizar. Al pisar el freno éste se trabó con el teléfono, chocando con el camión y volcando su bus en repetidas vueltas de campana. En el piso del bus se veía en la pantalla cómo una plancha de acero hacía las veces de hoja de guillotina cortándole la cabeza. Diez segundos más tarde todo había terminado.