Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

domingo, junio 11, 2023

Sirena

 La sirena nadaba libremente por el fondo del océano. Su poderosa cola le permitía superar a las barracudas sin mayor esfuerzo, y sus brazos pegados al cuerpo mejoraban sus capacidades hidrodinámicas haciéndola inalcanzable para cualquier criatura. Los animales del mar la respetaban, y muchos de ellos le temían, pues conocían de los poderes de su canto, que no solo servía para seducir a los humanos en la superficie, sino era capaz de aturdir cualquier cosa con vida que fuera capaz de escuchar su agudo sonido. Así, la sirena era ama y señora de aquellos dominios que nadie necesitaba delimitar.

Esa mañana los animales marinos parecían agitados. En la superficie del mar andaba una inusitada cantidad de barcos que navegaban agrupados. Los peces de inmediato empezaron a sumergirse ante la eventualidad que se tratara de una flota de pesqueros; por su parte delfines, orcas y algunas focas empezaron a nadar al lado de las naves para tratar de identificar lo que estaba sucediendo: definitivamente no eran barcos pesqueros, sino parecían buques de guerra. La sirena se acercó rauda por debajo de la flota para tratar de averiguar el porqué de la flota: en ese momento su oído le hizo girar bruscamente y sus reflejos la llevaron a hundirse rápidamente: sobre ella pasó un enorme submarino a gran velocidad, que no parecía pertenecer a la flota de superficie.

La sirena miraba con curiosidad los movimientos del submarino, que cambiaba de velocidad a cada momento para situarse con la proa apuntando hacia los barcos. De pronto el artilugio se detuvo; cuatro compuertas delanteras se abrieron y se hizo silencio en el fondo del mar. La sirena miraba expectante el espectáculo que estaba por suceder. En ese instante una extraña corriente eléctrica recorrió su cuerpo haciéndole perder el conocimiento.

La sirena despertó con algo de dificultad. Le costaba respirar, y no entendía lo que había sucedido. Al recobrar el conocimiento se dio cuenta que tenía las manos unidas por una suerte de amarra de un material que no conocía, que estaba metida en un cilindro trasparente con un líquido con características similares al agua de mar pero sin serlo, el que a su vez estaba dentro de un habitáculo pequeño donde al menos tres humanos la observaban y anotaban cosas. Los buzos tácticos habían logrado por fin capturar a la sirena mientras la flota y el submarino la distraían, cumpliendo una planificación de meses. Ahora faltaba llevarla a la base donde la disecarían para obtener sus secretos y usarlos para crear nuevas armas para seguir matándose entre sí.