Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

sábado, julio 22, 2023

Peso

 La muchacha estaba nuevamente de pie, desnuda en una consulta médica, una de las decenas que había visitado con su madre esos últimos cinco años. La muchacha era extremadamente delgada, uno de los últimos profesionales que la vio le dijo en son de broma que no le faltaban veinte kilos de peso sino que le sobraban quince centímetros de estatura: La muchacha y su familia ya estaban cansados de deambular entre profesionales sin obtener una respuesta lógica y convincente.

La muchacha venía de una familia normal, nadie obeso ni menos delgado. La muchacha tenía un apetito normal, comía todas sus comidas sin hacer asco a ningún alimento: sin embargo desde los doce años, hacía ya cinco, que su peso había empezado a bajar notoriamente. Desde ese momento su familia había empezado a peregrinar entre distintos pediatras para encontrar la causa de la baja de peso de la joven, quien sin embargo estaba llena de fuerzas y ánimo, y no dejaba nunca de hacer todas las actividades exigidas por su colegio y su familia. La familia había gastado un dineral en hacerle cuanto examen le era solicitado, sin embargo todos los estudios salían normales. El último pediatra que la vio, luego de pedir otra vez una batería completa de exámenes de sangre, orina y deposiciones, y luego de una evaluación por dos psicólogos, les dio una opinión que terminó por desconcertarlos: la muchacha tendría esa contextura física siempre, pues su metabolismo era más rápido que el del resto de la gente, sin que ningún examen fuera capaz de certificar ello.

Ese fin de semana había ido de visita una tía abuela de la muchacha, La anciana, que vivía en la periferia de la ciudad, siempre había sido catalogada como extraña por su familia, y como bruja por sus vecinos; sin embargo la mujer ya era bastante añosa, tal vez no le quedaba tanto tiempo de vida, por lo que se estaba dedicando a visitar a toda la familia, como una suerte de despedida de sus seres queridos. La mujer se había apoderado de la cocina de la casa para poder prepararles una comida especial a todos quienes habitaban dicho hogar. La muchacha entró a la cocina para sacar del refrigerador una botella de jugo; en cuanto la anciana la vio dejó de cocinar, tomó por la muñeca a la muchacha y empezó a llamar a la madre a gritos.

La familia completa llegó a la cocina, extrañados por la actitud de la anciana, quien de inmediato preguntó desde cuándo era que la joven estaba así, sin que nadie le avisara a ella. La madre de la muchacha y sobrina de la anciana le dijo que desde los doce años; la anciana la miró casi con odio, empezando a refunfuñar mientras abría su bolso y sacaba pequeñas bolsitas con lo que parecían ser hierbas secas. La anciana tomó un mortero de piedra, y sin dejar de reclamar en voz baja empezó a moler las hierbas, para luego agregar unas gotas de aceite de cocina; al terminar, untó sus dedos en la pasta y la colocó en la frente de la muchacha. En ese momento el cuerpo de la joven empezó a agitarse sin control, hasta que de pronto se escuchó una voz de hombre gritando de dolor. La muchacha entonces instintivamente abrió su boca, desde donde empezó a salir una especie de nube que se ubicó al lado de ella tomando una forma humanoide bastante obesa: el ser se mantuvo algunos segundos en el lugar, para luego salir volando a través del piso de la cocina. Luego de ello la anciana siguió cocinando sin dar explicación alguna de lo sucedido. A partir de ese día, la joven empezó a normalizar su peso, como si nada hubiera sucedido en esos cinco años.