Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

domingo, septiembre 24, 2023

Juego

 La pequeña niña de cinco años jugaba con su gato de la misma edad. La mascota había llegado al hogar de la familia en una fecha cercana al nacimiento de la niña, por lo cual habían crecido juntos, lo que había generado entre ellos un lazo casi indisoluble, en que ambos se protegían, y cuyo cariño no parecía tener límites. Esa tarde la pequeña había llegado del colegio, y luego de cambiarse de ropa y tomar onces con su familia, se dirigió a su habitación a jugar con su compañero de vida.

Dos horas más tarde la madre de la niña se dirigió al dormitorio, donde niña y gato jugaban animadamente. De pronto la niña se quedó tiesa mirando una pared, para luego empezar una conversación con la nada. La madre entendió que la pequeña jugaba con un amigo imaginario; sin embargo algo llamaba su atención: el gato miraba a la misma pared, y parecía hacerle fiestas a la misma nada.

Media hora más tarde la mujer llamó a su marido. El hombre se dirigió a la habitación de la pequeña, quien seguía hablando a la pared mientras el gato miraba hacia el mismo lugar que la pequeña. De pronto la niña empezó a hablar en otro idioma; su madre de inmediato reconoció que la pequeña había empezado a hablar en un perfecto francés, lengua que nadie le había enseñado. En ese momento el gato se lanzó de espaldas al piso: al mirarlo con detención los padres de la niña vieron cómo el pelaje del abdomen del animal se veía aplastado francamente por una suerte de mano invisible. En ese instante la pareja tomó bruscamente a la niña y salieron huyendo a la calle.

Tres horas más tarde los ánimos se habían calmado. La familia había vuelto al hogar, la pequeña a su dormitorio, y sus padres al comedor. Ambos se sirvieron sendas copas llenas de vino para intentar asimilar lo que habían escuchado. En la calle la niña les preguntó por qué la habían sacado de su dormitorio: sus padres intentaron explicarle que tenían miedo de lo que habían visto en el lugar. La niña se paró delante de ellos, y con una voz desconocida para ellos, de mujer adulta, les explicó que ella, el gato, y el ser que los acompañaba en la habitación habían compartido decenas de vidas en el pasado. Cuando el padre le preguntó por qué esa cosa invisible estaba en su habitación, la voz les dijo que esa alma se estaba preparando para acompañarlos cerca de un año más, cuando naciera como su hermanito. Al escuchar eso, el matrimonio quedó casi paralizado: la noche anterior habían conversado la posibilidad de agrandar la familia. Estaba claro que ello ya estaba decidido, y no por ellos.