Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

domingo, noviembre 12, 2023

Café

El joven cabeceaba frente a la pantalla del computador. La noche anterior había dormido bastante mal, por lo que el sueño no lo dejaba concentrarse en el trabajo. Tal como ya le había ocurrido en otras ocasiones, no le quedaba otra que recurrir al viejo truco de la mayoría de las personas: tomar café cargado. El hombre terminó de llenar un documento y se dirigió a la salita de estar a tomarse un café.

Luego de la clásica conversación entre compañeros de trabajo que no se soportan pero se deben al menos tolerar, el hombre calentó agua en el hervidor y se sirvió la imprescindible taza de café para espantar el sueño. A la media hora de beber apresuradamente el brebaje, el sueño aumentó notoriamente. El hombre no podía mantenerse despierto, lo que empezó a desesperarlo pues tenía trabajo que entregar antes de mediodía. El hombre se puso nuevamente de pie para servirse una segunda taza: luego de terminar de beberla, el hombre cayó profundamente dormido sobre su escritorio.

Poco antes de mediodía su jefe apareció en su oficina, y al verlo profundamente dormido se devolvió a su oficina, para volver a la media hora con la carta de despido firmada. El hombre despertó sobresaltado, intentó explicarle a su jefe lo que le había sucedido sin ser escuchado: la decisión ya estaba tomada, pues en esa empresa no se toleraría tal falta de respeto a la estructura del trabajo. El hombre entró en desesperación al saber que había quedado cesante sin poder entender por qué el café no le había servido de nada. De pronto algo extraño empezó a pasar en su cabeza, perdiendo la conciencia.

La secretaria estaba feliz. Luego de años de haber sido rechazada por el hombre había logrado su venganza: al verlo ir a buscar café con cara de sueño sacó de su cartera una caja de pastillas para dormir vaciándola en el recipiente de agua para hacer que se durmiera en el trabajo. Después que el hombre se durmió no fue difícil hacer que su jefe fuera a verlo a la oficina dormir profundamente. Ahora que su viejo amor había sido despedido podía vanagloriarse de su poder en la oficina. En ese instante el hombre entró a la salita de estar con la mirada perdida, tomó por el cuello a la mujer, y empezó a apretar hasta matarla. Nadie en la oficina sabía que el hombre tenía una reacción paradojal al compuesto de las pastillas para dormir, haciendo que al despertar perdiera el control de sus actos. La mujer terminó muerta producto de su propia venganza; respecto del hombre, al tener un documento médico que lo respaldaba, tenía argumentos suficientes para que un buen abogado lograra disminuir su condena.