Contrato
-Disculpe el retraso.
-No importa, llegué recién.
-¿Cómo ha estado?
-¿Importa?
-Ehhh... no, en realidad no.
-Vamos a lo que venimos. Quiero terminar pronto todo esto.
-Si... bueno.
-¿Trajo los documentos firmados?
-Si... es...
-¿Ante notario?
-Claro... yo...
-¿Por triplicado?
-Si... lo que...
-¿Dejó una copia con su abogado?
-....
-¿Qué?
-No estoy tan seguro de que esto sea...
-Bien, adiós.
-No, no... entienda, es el negocio más grande de mi vida...
-Y para mí es sólo uno más de tantos. Si usted no quiere cerrar el trato, no se cierra. Eso sí, no me verá nunca más.
-Pero... puedo pensar un poco.
-¿Más? Lleva meses en esto, pensando, que si, que no, que me arrepiento, que tenga, que devuelva. Se me acabó la paciencia. Es ahora o nunca.
-¿Podemos repasarlo... una última vez?
-Si no llevara tantos años en esto... está bien, de nuevo.
-Gracias.
-Veamos, contra entrega del contrato se dispone en comodato por 50 años sin costes un castillo, dos mansiones, un vehículo de lujo, dos todo terreno, un yate, un avión.
-Si.
-Manutención de gastos y cuentas por todo el período del comodato, sin límite, en cualquier país del mundo, con cualquier moneda legalmente vigente.
-Eso.
-Asesoría legal, policial, judicial, diplomática y política frente a cualquier evento, asegurando libertad irrestricta por el período del comodato, en cualquier parte del planeta y a toda hora.
-Si.
-Esposas e hijos sin límites, cubiertos por los efectos del comodato, su salud e integridad física.
-Si...
-Salud íntegra el período completo, sin posibilidad de enfermedades o deceso mientras esté vigente el comodato.
-Si...
-Cumplido el plazo de 50 años, termina el trato sin rendición de cuentas.
-Si...
-¿Todo correcto?
-Si...
-Finalmente, me entrega su alma inmortal.
-....
-Gracias, me encanta hacer negocios con los humanos...
-No importa, llegué recién.
-¿Cómo ha estado?
-¿Importa?
-Ehhh... no, en realidad no.
-Vamos a lo que venimos. Quiero terminar pronto todo esto.
-Si... bueno.
-¿Trajo los documentos firmados?
-Si... es...
-¿Ante notario?
-Claro... yo...
-¿Por triplicado?
-Si... lo que...
-¿Dejó una copia con su abogado?
-....
-¿Qué?
-No estoy tan seguro de que esto sea...
-Bien, adiós.
-No, no... entienda, es el negocio más grande de mi vida...
-Y para mí es sólo uno más de tantos. Si usted no quiere cerrar el trato, no se cierra. Eso sí, no me verá nunca más.
-Pero... puedo pensar un poco.
-¿Más? Lleva meses en esto, pensando, que si, que no, que me arrepiento, que tenga, que devuelva. Se me acabó la paciencia. Es ahora o nunca.
-¿Podemos repasarlo... una última vez?
-Si no llevara tantos años en esto... está bien, de nuevo.
-Gracias.
-Veamos, contra entrega del contrato se dispone en comodato por 50 años sin costes un castillo, dos mansiones, un vehículo de lujo, dos todo terreno, un yate, un avión.
-Si.
-Manutención de gastos y cuentas por todo el período del comodato, sin límite, en cualquier país del mundo, con cualquier moneda legalmente vigente.
-Eso.
-Asesoría legal, policial, judicial, diplomática y política frente a cualquier evento, asegurando libertad irrestricta por el período del comodato, en cualquier parte del planeta y a toda hora.
-Si.
-Esposas e hijos sin límites, cubiertos por los efectos del comodato, su salud e integridad física.
-Si...
-Salud íntegra el período completo, sin posibilidad de enfermedades o deceso mientras esté vigente el comodato.
-Si...
-Cumplido el plazo de 50 años, termina el trato sin rendición de cuentas.
-Si...
-¿Todo correcto?
-Si...
-Finalmente, me entrega su alma inmortal.
-....
-Gracias, me encanta hacer negocios con los humanos...