Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

domingo, noviembre 26, 2023

Cumpleaños

 La mujer estaba incómoda con la situación que estaba viviendo. Esa mañana sus compañeros de trabajo la habían preparado una pequeña celebración por su cumpleaños. La mujer estaba molesta, pues todos los años pedía el día libre para pasarlo en su casa; sin embargo ese año había cambiado la jefatura, y al nuevo jefe le gustaba la integración de los trabajadores por lo que no autorizaba que nadie faltara el día de su cumpleaños para así obligar a todos a compartir la fecha en la oficina. Luego de esa mañana, la mujer estaba pensando seriamente enfermarse el año siguiente y conseguirse una licencia médica para poder pasar el día en paz.

Luego de cantarle el cumpleaños feliz y repartir la torta entre todos los participantes, el nuevo jefe empezó a dar un discurso acerca de la mujer, quien ya no podía más de incomodidad. De pronto la mujer se dio cuenta que el nuevo jefe parecía saber demasiadas cosas de ella, pues empezó a relatar detalles que ella apenas recordaba y que nadie fuera de su familia podía saber. El rostro de la mujer empezó lentamente a desfigurarse.

La celebración había tomado un cariz extremadamente incómodo. Los mismos compañeros de la mujer sentían que el nuevo jefe estaba invadiendo la privacidad de la compañera de trabajo al contar detalles acerca de la infancia y juventud de la mujer. De pronto el hombre empezó a hablar acerca de las parejas de juventud de la mujer: en ese momento la cumpleañera no soportó más, se puso de pie y se dispuso a salir; sólo en ese momento todos supieron que la puerta estaba cerrada con llave.

El jefe empezó a contar la historia de uno de los amoríos de la mujer. Según el relato la mujer se había enamorado de un estudiante universitario con quien inició una relación de pareja, quedando embarazada. La mujer dio a luz, luego de lo cual entregó el hijo al padre y se mudó de ciudad, para no volver a tener contacto nunca más con ninguno de los dos. Los compañeros de trabajo estaban paralizados: en ese momento en la puerta se escuchó un click: el seguro se acababa de soltar.

La sala había quedado vacía, salvo por la mujer y el jefe. La mujer había reconocido las facciones de su antigua pareja; ella miró al hombre entendiendo lo que había sucedido. El jefe era su hijo, y había decidido desenmascararla frente a todos como venganza por haberlo abandonado junto a su padre. La mujer le dijo a su jefe que sentía mucho haberlo abandonado a él y a su padre, pero que a esa edad no se sentía con las capacidades para ser madre. El jefe la miró y se largó a reír; la mujer sin entender lo que sucedía le preguntó a su hijo el motivo de su risa. El hombre la miró a los ojos y le contó la verdad: él no era su hijo sino su pareja. Luego que ella lo abandonara el muchacho se puso en contacto con una bruja quien le dijo qué hacer. El muchacho sacrificó a su hijo para luego beber su sangre y lograr veinticinco años de juventud. El período se había cumplido, y ahora necesitaba renovar su juventud: por supuesto que todos entenderían que después de la revelación la mujer se iría de la empresa para siempre por vergüenza. Mientras tanto, a su pareja no le costaría mucho desaparecer el cuerpo desangrado de la mujer una vez completado el proceso.

domingo, noviembre 19, 2023

Río

 El río pasaba torrentoso bajo el puente vehicular en medio de la ciudad. Casi nadie notaba su presencia pues siempre había sido parte del entorno, de hecho la ciudad había nacido y crecido en torno a él, amoldándose a su anatomía para no alterar su curso original y permitir la tan necesaria supremacía de la naturaleza sobre las creaturas humanas. Sus riberas habían sido hermoseadas y convertidas en parques y paseos, completando una perfecta fusión entre todos los actores de la ciudad

Esa mañana había un taco que detenía los vehículos sobre el puente, el cual vibraba con fuerza cada vez que algún camión pasaba o quedaba detenido en el lugar. Uno de los conductores miraba con desdén por la ventanilla esperando a que avanzara la fila de vehículos; su vista se fijó algunos segundos en el curso del agua, que parecía hipnotizarlo. De pronto divisó una especie de sombra en el río; al mirar con mayor detención se dio cuenta que la sombra parecía tener forma humana. El hombre se bajó del vehículo para ver con mayor detención la sombra: al darse cuenta que efectivamente la forma era humana, sacó su teléfono celular para llamar a la policía.

El conductor del vehículo que venía tras el suyo se bajó a mirar y notó lo mismo, por lo cual empezó a gritar para llamar la atención del resto de los conductores: cinco minutos más tarde dos policías en motocicleta llegaron al lugar y al darse cuenta de la situación, llamaron a la central para pedir refuerzos.

Media hora más tarde varios vehículos policiales acordonaban el lugar, y funcionarios de fuerzas especiales habían bajado al río para sacar lo que fuera que generaba la sombra. Al llegar al lugar los policías vieron la sombra; sin embargo en la posición no había nada. Uno de los policías metió el brazo en el sitio, pasando de largo: la sombra correspondía a un túnel en vez de un cuerpo. Los policías se comunicaron con la jefatura, la cual ordenó que un buzo táctico se colocara traje con oxígeno para determinar a dónde daba el supuesto túnel.

El buzo terminó de colocarse el traje, probó el oxígeno, y una vez que todo estuvo listo entró al túnel. Dos minutos más tarde salió; extrañamente se veía como si hubiera subido de peso en esos dos minutos. Al sacarse la máscara y el gorro de goma sus compañeros quedaron sorprendidos: su rostro estaba lleno de arrugas y su frondosa cabellera negra había sido reemplazada por una notoria cabeza calva rodeada de largas canas por los lados de su arrugada cabeza.

Media hora más tarde el buzo estaba en la oficina central de la policía, con un uniforme dos tallas más grande que el que había usado esa misma mañana. Varios generales estaban frente a él con cara de pocos amigos, y luego del saludo protocolar le preguntaron qué había pasado en esos dos minutos. El relato del policía era inverosímil: según él la salida del túnel quedaba cerca de diez metros más abajo que la entrada. Al salir se encontró con una extraña ciudad en la que se quedó a vivir cerca de veinte años, luego de lo cual decidió volver para ver qué había pasado en su antiguo mundo, encontrándose con la sorpresa que sólo habían pasado dos minutos. En ese momento la puerta fue abierta de golpe: tres hombres con ropa que parecía de comandos negra, con pasamontañas y armados hasta los dientes entraron, tomaron al buzo y lo sacaron con violencia del lugar. Antes que los generales alcanzaran a reaccionar, un hombre pequeño y enjuto vestido de terno entró a la oficina para encargarse de eliminar a todos los generales y ocultar para siempre lo que había pasado en el túnel. El equipo de dobles de los generales ya estaba listo para empezar a reemplazarlos en el momento.

domingo, noviembre 12, 2023

Café

El joven cabeceaba frente a la pantalla del computador. La noche anterior había dormido bastante mal, por lo que el sueño no lo dejaba concentrarse en el trabajo. Tal como ya le había ocurrido en otras ocasiones, no le quedaba otra que recurrir al viejo truco de la mayoría de las personas: tomar café cargado. El hombre terminó de llenar un documento y se dirigió a la salita de estar a tomarse un café.

Luego de la clásica conversación entre compañeros de trabajo que no se soportan pero se deben al menos tolerar, el hombre calentó agua en el hervidor y se sirvió la imprescindible taza de café para espantar el sueño. A la media hora de beber apresuradamente el brebaje, el sueño aumentó notoriamente. El hombre no podía mantenerse despierto, lo que empezó a desesperarlo pues tenía trabajo que entregar antes de mediodía. El hombre se puso nuevamente de pie para servirse una segunda taza: luego de terminar de beberla, el hombre cayó profundamente dormido sobre su escritorio.

Poco antes de mediodía su jefe apareció en su oficina, y al verlo profundamente dormido se devolvió a su oficina, para volver a la media hora con la carta de despido firmada. El hombre despertó sobresaltado, intentó explicarle a su jefe lo que le había sucedido sin ser escuchado: la decisión ya estaba tomada, pues en esa empresa no se toleraría tal falta de respeto a la estructura del trabajo. El hombre entró en desesperación al saber que había quedado cesante sin poder entender por qué el café no le había servido de nada. De pronto algo extraño empezó a pasar en su cabeza, perdiendo la conciencia.

La secretaria estaba feliz. Luego de años de haber sido rechazada por el hombre había logrado su venganza: al verlo ir a buscar café con cara de sueño sacó de su cartera una caja de pastillas para dormir vaciándola en el recipiente de agua para hacer que se durmiera en el trabajo. Después que el hombre se durmió no fue difícil hacer que su jefe fuera a verlo a la oficina dormir profundamente. Ahora que su viejo amor había sido despedido podía vanagloriarse de su poder en la oficina. En ese instante el hombre entró a la salita de estar con la mirada perdida, tomó por el cuello a la mujer, y empezó a apretar hasta matarla. Nadie en la oficina sabía que el hombre tenía una reacción paradojal al compuesto de las pastillas para dormir, haciendo que al despertar perdiera el control de sus actos. La mujer terminó muerta producto de su propia venganza; respecto del hombre, al tener un documento médico que lo respaldaba, tenía argumentos suficientes para que un buen abogado lograra disminuir su condena.

sábado, noviembre 04, 2023

Manifestación

Los manifestantes marchaban por la calle contando el tránsito al avanzar por la calzada; sus gritos llenaban el ambiente y la cantidad de personas los convertía en una turba amenazadora. El joven policía estaba destinado ese día al control del orden público; era la primera vez que le tocaba controlar una protesta, por lo que la incomodidad y los nervios lo acompañaban esa jornada. Incomodidad, por la cantidad de elementos y ropas de seguridad que debía portar, incluyendo un escudo para establecer una barrera contra los manifestantes. Nervios, por la incertidumbre que involucraba todo lo que podía suceder ese día.

Tras el policía iba otro compañero que tenía más experiencia en esos menesteres, quien guiaba sus pasos tomándolo firmemente por uno de sus hombros. Hasta ese momento no había pasado nada grave, los manifestantes mantenían su distancia y sólo se dedicaban a gritar sus consignas sin destruir nada a su paso; ninguna piedra había sido arrojada contra ellos, ni nadie había intentado romper la formación de los policías. De pronto se empezaron a escuchar silbidos al unísono, y el compañero que iba afirmándolo apretó su hombro y alcanzó a decirle que tuviera cuidado: el joven alcanzó a levantar la mirada, y vio cómo una especie de bola naranja volaba por los aires en dirección suya.

La manifestación se detuvo, y tanto policías como manifestantes quedaron paralizados en medio de la calle. La bomba incendiaria había sido lanzada por uno de los manifestantes que llevaba una especie de casco y máscara de gases que ocultaba casi en la totalidad su rostro. Sin embargo, el artefacto de fabricación casera se había detenido en el trayecto, quedando suspendida en el aire a tres metros por sobre el escudo hacia el cual había sido apuntado. El novel policía y su compañero guía no lograban entender lo que estaba sucediendo; en ese momento los compañeros de quien había lanzado la bomba y que iban ataviados igual que él sacaron más bombas incendiarias y piedras, y las empezaron a lanzar contra la pareja de policías.

La situación era realmente incomprensible para todos. Luego del nuevo lanzamiento de piedras y bombas incendiarias había sucedido lo mismo: todos los artefactos habían quedado suspendidos en el aire, tal como en una película de fantasía o ciencia ficción. Manifestantes y policías no lograban entender lo que estaban viendo; mientras tanto, equipos periodísticos transmitían en vivo a sus canales de televisión la incomprensible situación. En ese momento el joven policía bajó el escudo: luego de ello las piedras y bombas incendiarias cayeron al suelo atraídas por la gravedad sin seguir su trayecto original: Mientras la bencina de las bombas se consumía en el pavimento, el compañero del joven policía soltaba su hombro y se alejaba atemorizado de lo que había visto. Sólo en ese instante el muchacho supo que tenía el poder de la telekinesis, siendo capaz con su mente de detener lo que le habían lanzado. En la calle tanto manifestantes como policías se disgregaron. En las filas de los manifestantes empezaron a pensar cómo luchar contra ese extraño policía. En las filas policiales los oficiales empezaron a pensar cómo aprovechar el poder del policía que se había manifestado en esos momentos. En la mente del policía sólo un pensamiento lo ocupaba: terminar el turno para ir a su casa y abrazar con fuerza a su madre y a su padre.