Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, marzo 26, 2008

Luna

-Mira mi amor, qué bella está la luna.
-Sí mi cielo. Cada vez que veo la luna llena veo reflejada en ella nuestra relación.
-¿Por qué mi vida?
-Porque está plena, tal como nuestras vidas desde que nos conocemos.
-Tienes razón mi vida… cuando niña mi abuela me decía que si mirabas con cuidado, podías ver a la Virgen María sobre el burrito yendo a Belén.
-Sí, mi abuela decía lo mismo. Mira, ahí se ve… esta noche permite que veamos esa maravilla en toda su plenitud.
-Sí, es maravillosa. ¿Sabes? A veces, cuando está así de llena la luna, pareciera como si estuviera más cerca de la tierra, por lo grande que se ve.
-Claro… de hecho justo ahora se ve más grande.
-Mi amor… ¿no te parece demasiado grande la luna?
-Sí… oye… ¿es idea mía o se ve cada vez más grande?
-¡¡Noooo…!!

miércoles, marzo 19, 2008

Justicia

-¿Por qué eres tan cruel?
-Así me califican, yo no lo considero de ese modo.
-Pero tú matas gente.
-Sí, a los que matan a otros.
-Pero tú los haces sufrir…
-A quienes hacen sufrir a otros.
-Pero tú no eres juez…
-Ni ellos tampoco de sus víctimas.
-Tampoco eres dios para quitarles la vida.
-Ellos tampoco e igual la quitan.
-¿Y si alguna vez alguien te considera como tú consideras a tus víctimas y te mata?
-Entonces si me matan, moriré… pero si me consideran como yo a ellos con justa razón, yo mismo provocaré mi muerte.
-¿Tan malos son?
-Dímelo tú.
-¿Sufriré mucho…?
-No preguntes lo que siempre has sabido y te has buscado…

miércoles, marzo 12, 2008

Despertar

La niña despertaba lentamente de su plácido sueño. Sentía que había dormido por días, pues le costaba bastante reconectarse con el mundo conciente. No había tenido una buena semana pero al parecer el descanso había removido todos los dolores del alma que había vivido. Ya no le dolía la pelea con sus padres por las llegadas de madrugada, tampoco la desilusión con su pololo al encontrarlo besándose con su mejor amiga, ni menos la cantidad inconmensurable de alcohol que bebió para olvidar todo. De hecho no recordaba bien qué había pasado luego de beber, probablemente alguien la fue a dejar a su casa y su familia la acostó para que descansara y luego empezar las discusiones de nuevo.

La niña ya estaba bien despierta. La habitación estaba bastante oscura y la cama algo dura, al parecer había despertado de madrugada pues no se escuchaba ningún ruido. Al intentar levantarse chocó contra algo duro sobre ella: al intentar abrir los brazos también chocó con algo duro. Lentamente empezó a notar lo difícil que le era respirar. Definitivamente ni siquiera se aseguraron que estuviera bien muerta para sepultarla…

miércoles, marzo 05, 2008

Hueso

El viejo perro enterró el extraño hueso que había encontrado, pues debía proteger su sustento de la semana. Doce años de callejero le habían enseñado todo acerca de la vida, y una de las principales lecciones era no morir de hambre. A diferencia de los que servían a los humanos, que eran alimentados, bañados y sanados, su casta debía proveerse de todo: claro, el baño y la salud casi no contaban, lo más importante era alimentarse y sobrevivir. El mundo de los humanos era raro, pero ya había aprendido a no cuestionarse y a aprovechar todo lo que los humanos no usaban, rechazaban ó malgastaban.

Esa tarde andaba de suerte. Los otros callejeros no aparecían por ningún lado, así que tenía las calles sólo para él y los humanos. Ya sabía cómo reconocer a los que los pateaban, y hasta cómo encorvarse para amortiguar el golpe, así que no se asustaba al pasar entre ellos. De pronto encontró un hueso grande y extraño, el que aseguró en su poderosa mandíbula y llevó al sitio eriazo donde guardaba sus presas.

No entendía por qué los humanos huían al verlo con el hueso, como si fuera algo maligno. Luego de enterrarlo se echó cerca a dormir. Al rato despertó por un enorme estruendo en el lugar donde estaba su hueso. No entendía por qué los humanos habían ido a desenterrar su hueso, ni por qué éste había explotado, despedazando a varios de ellos. Lo único que el quedaba claro era que gracias a la explosión, tenía carne y huesos para rato…