Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, abril 26, 2006

Antepasados, la historia de Doctor Blood

Sir Ian Mc Blood era un típico caballero nombrado por su majestad el rey, que pese a ser escocés y residir en dichas tierras, prestaba constantes favores a la corona británica, lo cual le permitió disfrutar del título, el castillo y la manutención de la mano de quien él servía. Su vida transcurría sin mayores contratiempos, era querido en su tierra y respetado fuera de ella.

En las tierras altas disfrutaba de su soledad pues decidió no casarse ni tener hijos: pensaba que el mundo estaba ya demasiado poblado y agresivo a mediados del siglo XIX, por lo cual no valía la pena traer más sirvientes a su majestad; ya tenía suficientes..., además era supersticioso, y había una leyenda familiar que decía que cada diez generaciones nacería un hijo inhumano y casi monstruoso, con poderes sobrenaturales e inmortal. Si bien es cierto no llevaba la cuenta exacta, no quería correr el riesgo; además, un antepasado muy lejano de él había desaparecido sin dejar rastro alguno, y desde esa fecha y por siglos en ese poblado ocurrieron muertes sangrientas e inexplicables...

Una tarde de abril, empezando la primavera, sir Ian paseaba a pie por sus tierras, cuando una bella y distinguida joven de negra cabellera y oscuros ojos se acerca a él a caballo. Fijándose en su roja cabellera y verdes ojos, le pide ayuda pues se ha extraviado. Sir Ian, haciendo gala de toda su caballerosidad, lleva a la joven y su caballo al castillo para que descansen y poder enviar luego a alguno de sus empleados en un carruaje al poblado más cercano con la dama para que pudiera seguir su camino. Tal vez le llamó la atención la poca prolijidad de la vestimenta de dicha joven, e inclusive su lenguaje algo burdo pero bueno, un caballero no tiene boca ni memoria...

Cuando iban llegando al castillo, sir Ian sintió ruido de cascos, y al intentar girar recibe un fuerte golpe en su cabeza, que lo deja fuera de acción pero no inconsciente. Con pavor nota en la mano de la joven un grueso palo con algo de sangre, y cuatro jinetes que llegan junto a ella. Entre risas lo arrastran dentro del castillo y empiezan a descerrajar sus cajones y baúles en busca de dinero, joyas y oro...

Alertados por los ruidos y las voces, la pareja de viejos mayordomos se asoma a mirar: ellos habían sido criados de su familia, lo habían visto nacer y crecer, le habían curado sus heridas de niño, enseñado a cabalgar y disparar, alimentado, bañado y protegido; y cuando decidió seguir su camino la pareja, que tampoco tuvo hijos, decidió seguirlo y acompañarlo casi como a un hijo... Al verlo en el suelo ensangrentado se ahogó un grito en sus gargantas, pero fueron vistos por los ladrones. Al oponer resistencia, el hombre fue brutalmente golpeado hasta morir frente a su esposa y a un sir Ian, que lentamente recobraba su conciencia, pero demasiado lentamente... con estupor vio que la joven saca un cuchillo de su vestido, y pese a los ruegos de la anciana, la degolla. Para ese momento sir Ian logra incorporarse, y tomando un viejo mazo con puntas metálicas (herencia de algún ancestro medieval), arremete con odio contra los hombres, quienes no supieron que fue lo que los reventó. La joven vanamente intenta apuñalarlo, pero el cuchillo y su mano cayeron al suelo al primer golpe... al verla sangrando, indefensa, Ian sintió una extraña sensación: bienestar. La escena ante sus atónitos ojos era dantesca: su segundo padre había sido masacrado y yacía ahora en el suelo, la mujer que había guiado sus pasos había muerto desangrada sin siquiera oponer algo de resistencia...y la joven causante del término de su vida tal como la conocía, sin su mano y arrodillada en el suelo... no, esa perra no podía morir tan rápido...

Luego de encadenarla en un viejo calabozo y cauterizarle con un hierro hirviente el muñón del brazo, procedió a violarla repetidas veces, hasta saciar todos los instintos ocultos que se liberaron esa fatídica tarde. Una vez acabó con sus aberraciones, y sin ningún remordimiento, cerró y trabó la puerta por fuera, dejando sólo la rendija para alimentación abierta. El monstruo manco de cabello y ojos negros jamás volvería a ver su roja cabellera y sus verdes ojos ahora sin vida...

Luego de casi un año de alimentar por la rendija del calabozo a la asesina, una noche escuchó los gritos más horrorosos que habían brotado de la garganta de una mujer alguna vez. Bajó armado, abrió la celda, y con estupor presenció una escena incomprensible: una pequeña criatura se movía bajo ella, completamente mojada y ensangrentada, aún con el cordón umbilical unido a su ombligo, mientras engullía su placenta.

Así, Ian asistió al cumplimiento de la leyenda familiar, y vio nacer el último eslabón de los Mc Blood... ¿Y la placenta?, estaba deliciosa...

miércoles, abril 19, 2006

Guerra

Estepas milenarias
cubiertas de sangre
derramada por guerreros,
de guerreros,
para la guerra,
y por ella...
Demonia sempiterna
que guías los destinos
de ilusos humanos
que confían en ti
en tus promesas de grandeza
de triunfo
de honor
de valentía
de riquezas
y sólo pagas con dolor.
Extraña droga que incitas
a acabar con todos
y todo aquello
que sea un obstáculo
a tus planes de aniquilación
por el solo gusto de aniquilar.
Y he aquí
que bajo tu embrujo milenario
nos has traído
a lo que somos hoy:
una raza que odia
un planeta que agoniza
una civilización que anhela
la destrucción del humano
por el humano
y para unos pocos
que se dicen humanos.
Y ahora estamos ad portas
del principio del fin,
guiados por tu fría mano.
Pero... seamos justos:
tú no tienes todo el honor
ni la gloria te es exclusiva,
nos hemos esforzado mucho
para seguir tus pasos
y a tu velocidad
fuimos grandes alumnos
de una certera maestra.
Finalmente cuando la luz se extinga
será tu mano la que la apague,
pero seremos nosotros
quienes proveamos el agua...
.

martes, abril 11, 2006

Féretro

Despierto algo agitado
poco conciente, asustado
asfixiado...
No hay luz ni sonidos
tampoco espacio
menos realidad.
Y pese al miedo,
la inconciencia, la agitación
y hasta la asfixia
nada siento
salvo aquello.
Pero pasan los minutos
y hasta esto que sentía
gradualmente desparece;
y quedo como estaba
conciente y sin sentir.
¿Antes de esto?, morí,
violenta y cobardemente
por la espalda, creo, a golpes,
recuerdo impactos en mi cuello
que dolían cada vez menos
que sonaban con un eco
que manaban...
luego la luz se extinguía
el sonido se aplacaba
la no sensación...
No hubo ángel
ni túnel ni luz ni paz
ni bendición ni extremaunción;
tal vez no los merecía
pues tal y como partí
yo hice partir a muchos;
nunca llegué a pensar
lo que pasaba después
que dejaban de sonar
sus cabezas bajo mi bate...
Y aquí reacciono
dentro de mi tumba
esperando partir donde sea
da lo mismo arriba o abajo
cualquier cosa es mejor
que este sitio humanizado
para quien ya no es humano
ni capaz de disfrutarlo
o morirlo, como yo...
.

miércoles, abril 05, 2006

Sueño

Despierto algo agitado, sudoroso, tembloroso tal vez. No había tenido una pesadilla tan terrible hace años, desde que era niño y sufría esas terribles crisis de fiebre. En esa época las pesadillas eran con monstruos (ahora no me gusta el cine fantástico), animales salvajes persiguiéndome (odio el zoológico), ahogándome sin nadie a mi alrededor que me pudiera sacar (tal vez por eso nunca aprendí a nadar), alejándome de mi familia...
La de anoche... realmente perturbadora. Recuerdo haber comido liviano y temprano la tarde de ayer, y haberme acostado a una hora prudente. Al rato de quedarme dormido, empezó...

Es de noche, despierto sobresaltado por un ruido en el primer piso. Me levanto algo aturdido para ir a ver qué es; llevo conmigo un bate que compré luego de los continuos apedreamientos de vidrios durante el mes: lo más seguro es que nunca lo use, pero por lo menos los “niñitos” al verme se asustan. Termino de bajar la escalera y recién mi vista se logra acostumbrar a la penumbra. Traté de bajar lo más sigilosamente posible, si es que hay alguien no quiero que me vea ni me sienta... A estas alturas de mis sueños generalmente despierto para ir al baño, pero ahora no fue así.

De pronto una cegadora luz se cierne sobre mis ojos y acto seguido, un brusco dolor en mi sien derecha. Caigo al suelo sin saber bien qué pasó, y porqué un sueño duele tanto... a los pocos minutos reacciono (que sueño más vívido) y veo a alguien con el rostro cubierto, un revólver en una mano y mi bate en la otra. Sin ver su cara logro percibir sus malas intenciones. Intento hablarle, decirle que se lleve todo, que no intentaré nada, que miraré para otro lado para no reconocerlo, pero antes de abrir la boca empieza la golpiza... Primero con el bate, luego con el arma, finalmente a patadas, pero todos los golpes van a mi columna, uno tras otro y sin parar... logro pararme dos o tres veces, pero solamente para volver a caer presa del dolor y de la violencia de los golpes... el desgraciado se detiene sólo cuando logra partir el bate en mi espalda, cuando la empuñadura del arma está cubierta de sangre, cuando ya no tolera el dolor de sus pies y teme que le cueste escapar...

Me siento cada vez más débil, parece que la pérdida de sangre fue mucha, y este maldito dolor, es insoportable... intento incorporarme pero el cuerpo no responde, de hecho, mis piernas... maldición... no las siento... no las muevo...no....

Despierto algo agitado, sudoroso, tembloroso tal vez. No había tenido una pesadilla tan terrible hace años, desde que era niño y sufría esas terribles crisis de fiebre. Pero por fin despierto. Seco mi transpiración, me acerco al borde de la cama, atraigo la silla de ruedas para poder subir en ella... aborrezco soñar que camino...
.