Morgue
Mientras hacía su ronda por los fríos y mal iluminados pasillos del subterráneo de la morgue, el guardia sentía cómo un nudo apretaba su estómago. Si bien era cierto llevaba tres años en ese trabajo, no lograba acostumbrarse a esas horribles cámaras metálicas de las que emergían cadáveres cuando algún funcionario acompañaba a sus deudos al reconocimiento de los restos. De solo pensar en las espeluznantes historias que escuchaba de parte del personal acerca de fantasmas o cuerpos que se enderezaban en sus camillas de la nada, su corazón se aceleraba y el sudor fluía prestamente por sus sienes.
Ya faltaba poco para que el turno acabara, cuando de pronto escuchó pasos tras de sí. Raudamente giró para encontrarse con el guardia del turno siguiente que había llegado una hora antes. Luego que se riera de sus infundados temores y le contara a su compañero del susto que le dio, procedió a seguir su ronda. Dos pasos más allá una certera estocada de manos de su compañero lo atravesó por la espalda: antes de caer muerto recordó que son los vivos los capaces de matar…
Ya faltaba poco para que el turno acabara, cuando de pronto escuchó pasos tras de sí. Raudamente giró para encontrarse con el guardia del turno siguiente que había llegado una hora antes. Luego que se riera de sus infundados temores y le contara a su compañero del susto que le dio, procedió a seguir su ronda. Dos pasos más allá una certera estocada de manos de su compañero lo atravesó por la espalda: antes de caer muerto recordó que son los vivos los capaces de matar…
Os invito cordialmente,
si deseáis vivir de otro modo mis relatos,
a que me escuchéis en mi
PODCAST DEL TERROR
si deseáis vivir de otro modo mis relatos,
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